La energía que tu cuerpo necesita para desarrollar
normalmente todas sus funciones, se produce básicamente en unos orgánulos
intracelulares denominados mitocondrias. Mediante unos procesos químicos
bastante complejos, las mitocondrias utilizan los nutrientes de la dieta,
previamente descompuestos en glucosa, ácidos grasos y aminoácidos, en energía
(ATP)
Teniendo este concepto muy claro, se podría pensar que si aumentásemos
la efectividad o el número de mitocondrias por célula se podría aprovechar
mucho mejor el trabajo de esos orgánulos. Los individuos jóvenes tienen una gran
cantidad de mitocondrias en sus células pero a medida que se va envejeciendo
tanto el número como la efectividad de las mismas disminuye, aunque no hay que
desesperar porque se conocen varias formas para frenar o incluso revertir este
proceso. Hasta el momento se conocen tres maneras de conseguir este objetivo,
que son: ejercicio, restricción calórica y determinadas sustancias naturales.
Desde hace tiempo se sabe que el ejercicio aeróbico intenso
y prolongado aumenta el número, tamaño y
la efectividad de las mitocondrias. Esto
se consigue aumentando la expresión génica de los genes adecuados. Con la
práctica del ejercicio estos genes “dan” la orden de sintetizar más
mitocondrias y más grandes para poder utilizar más cantidad de nutrientes por
tiempo. Es decir, el ejercicio aeróbico intenso hace que tu cuerpo “fabrique”
mas mitocondrias para poder convertir la comida en energía y que la use de manera más eficiente
De la misma manera que el ejercicio aeróbico, la restricción
calórica también ha demostrado ser una manera de hacer que el número de
mitocondrias por célula aumente. Hay numerosos estudios con ratones que
corroboran esta afirmación. El problema para trasladarlo a humanos es que la
restricción calórica debe ser drástica hasta llevarla al punto de la
desnutrición, lo que no es muy prudente hacer.
Por último los compuestos bioactivos que se sabe a ciencia cierta que, o bien mejoran el funcionamiento de las mitocondrias, o bien estimula su biogénesis (formación de nuevas) son: resveratrol, genisteína, quercetina, hydroxy-tyrosol y pyrroloquinoline quinone (PQQ)
Tanto si eres deportista o no, conocer estos conceptos, creo que es importante a la hora de elegir unos suplementos u otros.
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